Trinidad Santa
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LETANÍAS DE LA HUMILDAD
Jesus manso y humilde de Corazón, Óyeme.
Del deseo de ser lisonjeado, Líbrame Jesús.
Del deseo de ser alabado, "
Del deseo de ser honrado, "
Del deseo de ser aplaudido, "
Del deseo de ser preferido a otros, "
Del deseo de ser consultado, "
Del deseo de ser aceptado, "
Del temor de ser humillado, "
Del temor de ser despreciado, "
Del temor de ser reprendido, "
Del temor de ser calumniado, "
Del temor de ser olvidado, "
Del temor de ser puesto en ridículo, "
Del temor de ser injuriado, "
Del temor de ser juzgado con malicia, "
QUE otros sean más estimados que yo, Jesús dame la gracia de desearlo.
Que otros crezcan en la opinión
del mundo y yo me eclipse, "
Que otros sean alabados
y de mí no se haga caso, "
Que otros sean empleados en cargos
y a mí se me juzgue inútil, "
Que otros sean preferidos a mí
en todo, "
Que los demás sean más santos que yo
con tal que yo sea todo lo santo
Que pueda, "
Oración:
Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte,
y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda
nuestro orgullo y amor propio.
Concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo,
para que humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra,
podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo. Amén.
—del Cardenal Merry del Val- (1865-1930)