DE LA ORACIÓN EN GENERAL
Artículo I.
De lo ventajoso que es ser hombre de oración.
Es como los que están armados
a prueba de bomba, que aunque lleguen a ellos los golpes más diversos: una,
piedra, una bala, un bolazo de nieve, no les hace ningún daño porque no pueden
atravesar la coraza. Y lo mismo le sucede a un hombre de oración cuando es
perseguido por la maledicencia: si examinándose se encuentra culpable, lo
reconoce y pide perdón; si es inocente, bendice a Dios por tener ocasión de
sufrir por Jesucristo.
Himno meditado
Dame Señor, la firme voluntad
Fuente: Liturgia de las
horas
Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB
Oración
Dame, Señor, la firme voluntad,
compañera y sostén de la virtud;
la que sabe en el golfo hallar quietud
y,
en medio de las sombras, claridad;
la que trueca en tesón la veleidad,
y el ocio en perennal solicitud,
y las ásperas fiebres en salud,
y los
torpes engaños en verdad.
Y así conseguirá mi corazón
que los favores que
a tu amor debí
le ofrezcan algún fruto en galardón...
Y aún tú, Señor,
conseguirás así
que no llegue a romper mi confusión
la imagen tuya que
pusiste en mí.