Liturgia Católica
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Primera parte de la Introducción
a la vida devota
CAPÍTULO
XII
Meditación 4ª: DE LOS PECADOS
PREPARACIÓN. 1. Ponte en la presencia de Dios. - Pídele que
te ilumine.
CONSIDERACIONES.
1. Piensa en el
tiempo que hace, comenzaste a pecar y mira como, desde entonces, has ido
multiplicando los pecados en tu corazón, y como, todos los días, has
añadido otros nuevos contra Dios, contra ti mismo, contra el prójimo, de
obra, de palabra, de deseo, de pensamiento.
2. Considera tus
malas inclinaciones y las muchas veces que has ido en pos de ellas.
Estos dos puntos te enseñarán que el número de tus culpas es mayor que
el de los cabellos de tu cabeza, tan grande como el de las arenas del
mar.
3. Considera aparte el pecado de ingratitud para con
Dios, pecado general que abarca todos los demás y los hace infinitamente
más enormes.
Mira cuántos beneficios te ha hecho Dios y cómo has
abusado de todos ellos contra el Dador; singularmente, cuántas
inspiraciones despreciadas, cuántas mociones saludables inutilizadas. Y
más aún, ¿cuántas veces has recibido los sacramentos y con qué fruto?
¿Qué se han hecho las preciosas joyas con que tu amado esposo te había
adornado? Todo ha quedado sepultado bajo tus iniquidades. ¿Con qué
preparación los has recibido? Piensa en esta ingratitud, a saber, que,
habiendo corrido tanto Dios en pos de ti para salvarte, siempre has
huido tú de Él para perderte.
AFECTOS Y RESOLUCIONES.
1. Confúndete en tu miseria. ¡Oh, Dios mío!, ¿cómo me atrevo
a comparecer ante tus ojos? ¡Ah!, yo no soy más que una apostema del
mundo y un albañal. De ingratitud y de iniquidad. ¿Es posible que haya
sido tan desleal, que no haya dejado de viciar, violar y manchar uno
solo de mis sentidos, una sola de las potencias de mi alma, y que, ni un
solo día de mi vida, haya transcurrido sin producir tan malos efectos?
¿Es de esta manera como había de corresponder a los beneficios de mi
Creador y a la sangre de mi Redentor?
2. Pide perdón y
arrójate a los pies del Señor, como un hijo pródigo, como una Magdalena,
como una esposa que ha profanado el tálamo nupcial con toda clase de
adulterios. ¡Oh Señor!, misericordia para esta pobre pecadora. ¡Ay de
mí! ¡Oh fuente viva de compasión, ten piedad de esta miserable!
3. Propón vivir mejor. ¡Oh Señor! Jamás, mediante tu gracia, me
entregaré al pecado. ¡Ay de mí!, demasiado lo he querido. Lo detesto y
me abrazo a Ti, ¡Oh Padre de misericordia!; quiero vivir y morir en Ti.
4. Para borrar los pecados pasados, me acusaré de ellos
valerosamente y no dejaré de confesar uno solo.
5. Haré todo
cuanto pueda, para arrancar enteramente las malas raíces de mi corazón,
particularmente tales y tales, que son especialmente enojosas.
6.
Y para lograrlo, echaré mano de los medios que me aconsejen, y jamás
creeré haber hecho lo bastante para reparar tan grandes faltas.
CONCLUSIÓN.
1. Da gracias a Dios, que te ha esperado hasta
la hora presente y te ha comunicado tan buenos afectos.
2.
Ofrécele tu corazón, para llevarlos a la práctica.
3. Pide que te
robustezca, etc.
12-12-2012
Dios te salve Santa María de Guadalupe, llena, eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de
Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra
muerte. Amén