Liturgia Católica
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Primera parte de la Introducción
a la vida devota
CAPÍTULO
XXIII
QUE HEMOS DE PURIFICARNOS DEL
AFECTO A LAS COSAS INÚTILES Y PELIGROSAS
Los juegos,
los bailes, los festines, las pompas, las comedias no son esencialmente
cosas malas, sino indiferentes, y pueden ejecutarse bien o mal; pero
siempre son peligrosas, y aficionarse a ellas todavía lo es más. Por lo
tanto, Filotea, aunque sea lícito jugar, bailar, adornarse, asistir a
representaciones honestas y a banquetes, si alguien llega a aficionarse
a ello, es cosa contraria a la devoción y, en gran manera, peligrosa. No
está el mal en hacerlo, sino en aficionarse. Es un mal sembrar de
afectos inútiles y vanos la tierra de nuestro corazón, pues ocupan el
lugar de las buenas impresiones e impiden que la savia de nuestra alma
sea empleada por las buenas inclinaciones.
Así, los antiguos nazarenos no solo se privaban de todo lo que podía
embriagar, sino también de los racimos y del agraz; no porque los
racimos y el agraz embriaguen, sino porque, comiendo agraz, hay peligro
de excitar el deseo de comer racimos y de provocar la afición a beber
mosto o vino. Ahora bien, no digo yo que no podamos usar de estas cosas
peligrosas; advierto, empero, que nunca podemos aficionarnos a ellas sin
que se resienta la devoción. Los ciervos, cuando conocen que están
demasiado gruesos, huyen y se retiran a sus escondrijos, pues saben que
su grasa les pesa tanto, que les impediría correr, si se viesen
atacados: el corazón del hombre cargado de estos afectos inútiles,
superfluos y peligrosos, no puede, ciertamente correr con prontitud,
ligereza y facilidad hacia su Dios, que es el verdadero término de la
devoción. Los niños corren y se cansan detrás de las mariposas; a nadie
parece mal, porque son niños. Pero, ¿no es cosa ridícula y muy
lamentable ver cómo hombres hechos se aficionan e impacientan por
bagatelas tan indignas, como lo son las cosas que acabo de enumerar, las
cuales, además de ser inútiles, nos ponen en peligro de desarreglarnos y
desordenarnos, cuando vamos en pos de ellas? Por esta razón, amada
Filotea, te digo que es menester purificarse de estas aficiones, y,
aunque los actos no sean siempre contrarios a la devoción, las
aficiones, empero, le son siempre nocivas.
12-12-2012
Dios te salve Santa María de Guadalupe, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de
Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra
muerte. Amén