Liturgia Católica
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Cuarta parte de la Introducción a la vida devota
CAPÍTULO 2
QUE ES MENESTER TENER BUEN ÁNIMO
La
luz, aunque deseable y hermosa a nuestros ojos, los deslumbra, sin embargo, cuando
han permanecido mucho tiempo en las tinieblas, y antes de que una persona se
acostumbre al trato de los habitantes de una región, por corteses y amables que
sean, se encuentra extraño entre ellos. Podrá ocurrir muy bien, mi querida
Filotea, que con este cambio de vida, se produzcan muchas turbaciones en tu
interior y que este grande y general adiós, que has dado a las locuras y a las
bagatelas del mundo, te cause algún sentimiento de tristeza y de desaliento.
Si
esto ocurre, te ruego que tengas un poco de paciencia, pues no será nada; no es
más que un poco de extrañeza que te causa la novedad; después recibirás diez mil
consolaciones. Quizás, al principio, te dolerá dejar la gloria que los locos y
los burlones te daban en tus frivolidades; pero, ¡ah!, ¿quieres perder la gloria
eterna que Dios te dará de verdad? Las vanas diversiones y los vanos
pasatiempos, en los cuales has empleado tus años, todavía se ofrecerán a tu
corazón, para tentarle e inclinarle a su lado; más, ¿tendrás valor para renunciar
a aquella eternidad bienaventurada por tan engañadoras ligerezas? Créeme, si
perseveras, no tardarás en recibir en tu corazón dulzuras tan deliciosas y
agradables, que confesarás que el mundo no tiene sino hiel, en comparación de
esta miel, y que un solo día de devoción vale más que mil años de vida mundana.
Pero tú ves que la montaña de la perfección cristiana es muy alta. «¡Ah, Dios
mío! -dices para tus adentros, ¿cómo podré subir?» ¡Ánimo, Filotea ¡ Cuando las
abejitas comienzan a tomar forma, se las llama ninfas, y entonces aún no saben
volar por las flores, ni por las montañas, ni por las colinas cercanas, para
recoger la miel; pero, poco a poco, nutriéndose de la miel que les han preparado
sus madres, estas pequeñas ninfas toman alas y se robustecen, de suerte que
después vuelan, buscando por toda la comarca! Es cierto que nosotros somos
todavía pequeñas ninfas de la devoción, y que no podríamos subir según nuestras
aspiraciones, las cuales no son otras, nada menos, que alcanzar la cima de la
perfección; pero, si comenzarnos a tomar forma con nuestros deseos y propósitos,
comenzarán a salirnos las alas. Hemos de confiar en que, algún día, llegaremos a
ser abejas espirituales y que volaremos. Entre tanto, vivamos de la miel de
tantas enseñanzas que nos han dejado los antiguos devotos, y pidamos a Dios que
nos dé alas como de paloma, para que, no solamente podamos volar durante la vida
presente, sino también descansar en la eternidad de la vida venidera.
Ave María Purísima
Cristiano Católico 20-12-2012 Año de la Fe
Sea Bendita la Santa e Inmaculada Purísima Concepción de
la Santísima Virgen María