Liturgia Católica
home
Quinta parte de la Introducción
a la vida devota
CAPÍTULO XII
TERCERA CONSIDERACIÓN: DEL EJEMPLO DE LOS SANTOS
Considera el ejemplo de toda suerte de santos; ¿qué no
han hecho para amar a Dios y ser devotos? Mira a estos mártires,
invencibles en sus resoluciones: ¿qué tormentos no han soportado para
mantenerse en ellas? Pero sobre todo a estas hermosas y jóvenes
doncellas, más blancas que los lirios en pureza, más encarnadas que la
rosa en caridad; unas a los doce años, otras a los trece, a los quince,
a los veinte, a los veinticinco, han sufrido mil clases de martirios
antes que renunciar -a su propósito no solo en lo tocante a la profesión
de fe, sino en lo que era una prueba de su devoción: unas muriendo antes
de perder la virginidad, otras antes que dejar de servir a los
afligidos, de consolar a los atormentados, de enterrar a los muertos. ¡Dios mío!, i qué constancia ha manifestado este débil sexo, en ocasiones
parecidas!
¡Contempla a tantos santos confesores: i Con qué
firmeza han despreciado el mundo!, i Cómo se han hecho invencibles en sus
resoluciones! Nada ha podido hacerles desistir; las han abrazado sin
reservas y las han mantenido sin excepción. ¡Dios mío! ¡Dios mío! ¿ Qué
es lo que dice San Agustín de su madre Santa Mónica? ¡Con qué firmeza
sostuvo su empresa de servir a Dios en su matrimonio y en su viudez! ¡ Y
San Jerónimo, de su hija Paula! ¡ Con cuántos obstáculos y con cuánta
diversidad de acontecimientos! Más, ¿qué no haremos nosotros, alentados
por tan excelentes patronos? Ellos eran lo que somos nosotros; lo hacían
por el mismo Dios, por las mismas virtudes; ¿por qué no haremos lo mismo
nosotros, según nuestra condición y vocación, por el cumplimiento de
nuestros amados propósitos y de nuestras santas promesas?
Ave María Purísima
Cristiano Católico 21-12-2012 Año de la Fe
Sea Bendita la Santa e Inmaculada Purísima Concepción de
la Santísima Virgen María