Liturgia Católica
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La Imitación de Cristo
Libro tercero
Capítulo LVI
QUE DEBEMOS NEGARNOS A NOSOTROS MISMOS, Y ASEMEJARNOS A CRISTO POR LA
CRUZ.
JESUCRISTO:
1. Hijo, cuanto puedes salir de ti, tanto puedes pasarte a Mí. Así como no
desear nada exteriormente, produce la paz interior; así, el negarse
interiormente, causa la unión con Dios. Quiero que aprendas la perfecta renuncia
de ti mismo en mi voluntad, sin réplica ni queja. Sígueme: YO SOY CAMINO, VERDAD
Y VIDA. Sin camino no hay por donde andar; sin verdad no podemos conocer; sin
vida no hay quien pueda vivir. Yo soy el camino que debes seguir, la verdad que
debes creer, la vida que debes esperar. Yo soy camino inviolable, verdad
infalible, vida interminable. Yo soy camino muy derecho, verdad suma, vida
verdadera, vida bienaventurada, vida increada. Si permanecieres en mi camino,
conocerás la verdad, y la verdad te librará y alcanzarás la vida eterna.
2. Si quieres entrar en la vida, guarda mis mandamientos. Si quieres conocer la
verdad, créeme a Mí. Si quieres ser mi discípulo, niégate a ti mismo. Si quieres
poseer la vida bienaventurada, desprecia la presente. Si quieres ser ensalzado
en el cielo, humíllate en el mundo. Si quieres reinar conmigo, lleva la cruz
conmigo. Porque solo los siervos de la cruz hallan el camino de la
bienaventuranza y de la luz verdadera.
EL ALMA:
3. Señor, pues tu camino es estrecho y despreciado en el mundo, concédeme que te
imite en despreciar el mundo. Pues no es mejor el siervo que su señor, ni el
discípulo es superior al maestro. Ejercitase tu siervo en tu vida, pues en ella está mi salud, y la santidad verdadera. Cualquier cosa que fuera de ella oigo o
no me recrea ni satisface cumplidamente.
JESUCRISTO:
4. Hijo, pues sabes esto y lo has leído todo, si lo hicieres, serás
bienaventurado. El que abraza mis mandamientos y los guarda, ese es el que me
ama, y Yo le amaré, y le manifestaré a él, y le haré sentar conmigo en el reino
de mi Padre.
EL ALMA:
5. Señor, Jesús, como lo dijiste y prometiste, así se haga, y pueda yo
merecerlo. Recibí de tu mano la cruz; yo la llevaré hasta la muerte, así como Tú
me la pusiste. Verdaderamente, la vida del buen religioso es cruz, pero guía al
paraíso. Ya hemos comenzado; no se debe volver atrás, ni conviene dejarla.
6. Ea, hermanos, vamos juntos, Jesús será con nosotros. Por Jesús tomamos esta
cruz, por Jesús perseveremos en ella. Será nuestro auxiliador el que es nuestro
capitán, y fue nuestro ejemplo, Mirad a nuestro Rey que va delante de nosotros y
peleará por nosotros. Sigámosle varonilmente, nadie tema los terrores, estemos
preparados a morir con ánimo en la batalla, y no demos tal afrenta a nuestra
gloria, que huyamos de la cruz.