Liturgia Católica
home
La Imitación de Cristo
LIBRO PRIMERO
CAPÍTULO 17
DE LA VIDA MONÁSTICA
1. Conviene que aprendas, a quebrantarte en muchas cosas, si quieres tener paz y
concordia con otros.
No es poco morar en los monasterios y congregaciones, y allí conversar sin
quejas, y perseverar fielmente hasta la muerte.
Bienaventurado es el que vive allí bien y acaba dichosamente. Si quieres estar
bien y aprovechar, mírate como desterrado y peregrino sobre la tierra. Conviene
hacerte simple por Cristo, si quieres seguir la v ida religiosa.
2. El hábito y la corona poco hacen; más la mudanza de las costumbres y la
entera mortificación de las pasiones hacen al hombre verdadero religioso.
El que busca algo fuera de Dios y la salvación de su alma, no hallará sino
tribulación y dolor. No puede estar mucho tiempo en paz el que no procura ser el
menor y el más sujeto de todos.
3. Viniste a servir, no a mandar; persuádete que fuiste llamado para trabajar y
padecer, no para holgar y parlar. Pues aquí se prueban los hombres, como el oro
en el crisol (Sap 3, 6).
Aquí no puede estar alguno, si no quiere de todo corazón humillarse por Dios.