Liturgia Católica
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La Imitación de Cristo
Libro tercero
Capítulo XLI
Del desprecio de toda honra temporal.
Jesucristo:
1. Hijo, no te pese si vieres honrar y ensalzar a otros, y tú ser despreciado y
abatido. Levanta tu corazón a Mí en el cielo, y no te entristecerá el desprecio
humano en la tierra.
El Alma:
2. Señor, en gran ceguedad estamos, y la vanidad presto nos engaña. Si bien me
miro, nunca se me ha hecho injuria por criatura alguna; por lo cual no tengo de
qué quejarme justamente de Ti. Más porque yo muchas veces pequé gravemente
contra Ti, con razón se arman contra mí todas las criaturas. Justamente, pues,
se me debe confusión y desprecio; y a Ti alabanza, honor y gloria. Y si no me
dispusiere de modo que huelgue mucho ser de cualquiera criatura despreciado y
abandonado, y ser tenido por nada, no podré estar interiormente pacificado y
asegurado, ni recibir la luz espiritual, ni unirme a Ti perfectamente.